Los próximos días 10 y 11 de diciembre se va a realizar en Marrakech, Marruecos, la adopción oficial del documento que firmaron los estados miembros de la ONU el pasado mes de julio de este año: el Primer Pacto Mundial para la Migración.

Este año 2018 ha sido de vital importancia para la población migrante, gracias al acuerdo global que firmaron los estados miembros de la ONU en el mes de julio, y que estuvo en proceso durante 18 meses. Este denominado “Pacto Mundial de las Migraciones” ha sido el primer acuerdo global para ayudar a aprovechar los beneficios de la migración y proteger a los inmigrantes indocumentados.

El documento que se firmó consta de 23 objetivos, entre los que se encuentran medidas contra la trata o la separación de las familias. El embajador de México, que lideró la negociación, aseguró que, aunque no es vinculante jurídicamente, es “poderosísimo políticamente”.

Gobiernos de todo el mundo, con la excepción de Estados Unidos, se han comprometido a aumentar las vías para la migración regular, a mejorar la protección de los migrantes y a garantizarles servicios básicos.

El primer Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular ha sido acordado este viernes en la sede de Naciones Unidas. Se trata del primer intento para gestionar los flujos migratorios de forma integral y a escala internacional.

El pacto se estructura en torno a 23 grandes objetivos. Entre esas metas, hay algunas genéricas como la cooperación para abordar las casusas que motivan la migración o mejorar las vías de migración legal. Pero también hay compromisos concretos, como medidas contra la trata y el tráfico de personas, evitar la separación de las familias, usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino.

Los Estados se comprometen también a mejorar su cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes durante sus viajes, con misiones de búsqueda y rescate, y garantizando que no se perseguirá legalmente a quien les dé apoyo de carácter «exclusivamente humanitario».

Además, los gobiernos prometen garantizar un regreso «seguro y digno» a los inmigrantes deportados y no expulsar a quienes se enfrentan a un «riesgo real y previsible» de muerte, tortura u otros tratos inhumanos.

Los países de origen deberán readmitir siempre a sus nacionales y ofrecerles documentación de identificación adecuados.